Rasguños en la playa de Matalascañas:
Por la tarde fuimos a la playa que había en frente del hotel. El agua estaba muy fría, pero la arena estaba súper guay, era blanca. No nos dimos cuenta de que debajo del agua había unas rocas que hacían cicatrizes. Lo raro es que yo estube como 5 minutos encima haciéndome el muerto, y no me hice nada. La que más se rayó las piernas fue serena, que estaba llena de sangre.
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